En viviendas adosadas y en edificios con terrazas privadas, los muros que separan dos propiedades suelen generar dudas cuando presentan daños. Estos elementos, conocidos como muros medianeros, cumplen la función de delimitar fincas colindantes, evitando que cada propietario tenga que levantar su propia pared.
¿Qué es exactamente un muro medianero?
Un muro medianero es una construcción compartida por dos inmuebles contiguos. Pertenece en su totalidad a ambos propietarios, no en partes proporcionales, lo que significa que su mantenimiento y uso están sujetos a un régimen de copropiedad.
¿Es común o privativo?
Aunque pueda parecer un elemento comunitario, en realidad es privativo: separa dos espacios particulares y no pertenece a la comunidad de vecinos. Sin embargo, esto no implica que cada propietario pueda actuar libremente sobre él; cualquier modificación requiere acuerdo, ya que la pared no se puede alterar de manera unilateral.
¿Quién paga las reparaciones?
Cuando aparecen grietas, humedades u otros desperfectos, lo primero es identificar el origen del daño:
- Causas atribuibles a uno de los vecinos: si el problema se debe al mal uso, obras defectuosas o falta de mantenimiento de una de las partes, será esa persona quien deba asumir los costes.
- Daños causados por factores externos: Si el deterioro es consecuencia de movimientos del terreno, lluvias intensas u otras causas ajenas a ambos propietarios, la reparación deberá realizarse en conjunto, compartiendo equitativamente los gastos y la toma de decisiones.
¿Y si se trata de un muro separador?
Es fundamental diferenciarlo. En comunidades de propietarios, un muro que actúa como elemento delimitador común (por ejemplo, en azoteas o jardines comunitarios) se considera elemento común. En este caso, las reparaciones corren a cargo de la comunidad, salvo que un vecino haya provocado el daño.
¿Qué ocurre si un vecino construye un muro sin tu consentimiento?
Levantar un muro medianero exige el acuerdo expreso de los dos titulares. Si alguien lo hace por su cuenta y genera perjuicios —como pérdida de luz o daños estructurales—, puede exigirse legalmente su retirada o una compensación.
En Orbiam Puig Inmobiliaria recomendamos asesorarse antes de iniciar cualquier reparación o modificación: evitar conflictos ahora es más fácil que resolverlos después.