La cédula de habitabilidad es un documento fundamental que acredita que una vivienda reúne los requisitos básicos necesarios para ser apta para vivir. Este documento, avalado por un técnico certificado y aprobado por el ayuntamiento correspondiente, garantiza que la vivienda cumple criterios básicos de higiene, salubridad y seguridad. En general, la cédula es imprescindible para vender, alquilar o contratar servicios como luz y agua, aunque su obligatoriedad varía según la comunidad autónoma.
En la mayoría de las situaciones, no se puede formalizar la escritura de una vivienda si no se cuenta con la cédula de habitabilidad. Este requisito es fundamental porque asegura que la propiedad reúne las condiciones legales para ser habitada. Sin ella, la operación de compraventa puede verse bloqueada, y el propietario podría enfrentarse a sanciones administrativas.
Existen dos excepciones legales para escriturar sin cédula: cuando la vivienda se va a reformar o derribar, o si el inmueble no va a destinarse a uso residencial. En esos casos, la ausencia del documento puede ser aceptada, aunque siempre es recomendable contar con asesoramiento legal para evitar futuros problemas.
Respecto a la financiación, aunque no es un requisito estricto para solicitar una hipoteca, la cédula de habitabilidad aporta seguridad a las entidades financieras, ya que confirma que la vivienda es apta para habitar. Por eso, su ausencia puede complicar la obtención de un préstamo hipotecario o limitar las condiciones ofrecidas.
Por último, es importante destacar que la cédula es obligatoria dependiendo de la comunidad autónoma. En lugares como Cataluña, Asturias o Murcia, no se puede escriturar sin ella, mientras que en otras, como Madrid o Galicia, no es un requisito obligatorio para la compraventa.
En Orbiam Puig Immobiliària aconsejamos comprobar este aspecto previamente a comenzar cualquier gestión inmobiliaria, con el fin de prevenir posibles contratiempos y garantizar una operación legal y segura.
